El telegrama sigue vivo (que no coleando): quién lo usa y por qué en España
En casa de herrero —ya se sabe— cuchara de palo. Hacia 1862, después de haberse quemado las pestañas para escribir las cientos y cientos de páginas que componen Los Miserables, puede que con calambres aún en los dedos por sujetar la pluma y dolores en el espinazo tras encadenar noches en vela inclinado sobre su…